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domingo, diciembre 23, 2018

DÍA 357: MADUREZ PSICOLÓGICA Y FELICIDAD

EL ARTE DE VIVIR EN PAZ CON LO QUE NO PODEMOS CAMBIAR
La madurez psicológica se puede definir de muchas formas, pero el escritor escocés M. J. Croan resumió a la perfección este concepto: “La madurez es cuando tu mundo se abre y te das cuenta de que no eres el centro de él”. 

Madurar significa salir de nuestra visión egocéntrica para comprender que existe un mundo más amplio y complejo, un mundo que a menudo nos pondrá a prueba y que no siempre satisfará nuestras expectativas, ilusiones y necesidades. Y sin embargo, cuando maduramos somos capaces de vivir en paz en ese mundo, aceptando todo aquello que no nos gusta pero que no podemos cambiar. 

Negar la realidad: Un mecanismo de afrontamiento inmaduro e inadaptativo 

La negación es un mecanismo de afrontamiento que implica negar fervientemente la realidad, a pesar de los hechos. 

Generalmente este mecanismo se pone en marcha por dos motivos: 

1. Porque nos aferramos a unas ideas rígidas que no queremos cambiar o, 
2. Porque no contamos con los mecanismos psicológicos necesarios para afrontar la situación. 

En ambos casos, negar la realidad nos permite reducir la ansiedad ante una situación que nuestro cerebro emocional ya ha catalogado como particularmente inquietante o incluso amenazante. El problema es que la realidad siempre gana. 

Si un acosador nos aborda en medio de la calle, no cerramos los ojos repitiéndonos mentalmente: “¡Esto no está ocurriendo!”. Comprendemos que estamos en peligro y escapamos o pedimos ayuda. Sin embargo, no reaccionamos de la misma manera con el resto de las situaciones de nuestra vida. Cuando algo no nos gusta, nos decepciona o entristece, ponemos en marcha el mecanismo de negación. 

Negar vehementemente los hechos no hará que cambien. Al contrario, nos conducirá a tomar decisiones poco adaptativas que pueden terminar causándonos más daño. La persona madura, al contrario, acepta la realidad, no con resignación sino con inteligencia. De hecho, el psiquiatra alemán Fritz Kunkel dijo que “ser maduro significa encarar, no evadir, cada nueva crisis que viene”. 

El arte de encontrar el equilibrio en la adversidad 

“Érase una vez un hombre a quien le alteraba tanto ver su propia sombra y le disgustaban tanto sus propias pisadas que decidió librarse de ellas.

“Se le ocurrió un método: huir. Así que se levantó y echó a correr, pero cada vez que ponía un pie en el suelo había otra pisada, mientras que su sombra le alcanzaba sin la menor dificultad.

“Atribuyó el fracaso al hecho de no correr suficientemente deprisa. Corrió más y más rápido, sin parar, hasta caer muerto. 

“No comprendió que le habría bastado con ponerse en un lugar sombreado para que su sombra se desvaneciera y que si se sentaba y se quedaba inmóvil, no habría más pisadas”. 

Esta parábola de Zhuangzi nos recuerda una frase de Ralph Waldo Emerson: “La madurez es la edad en que uno ya no se deja engañar por sí mismo”. El escritor se refería a ese momento en el cual somos plenamente conscientes de los mecanismos psicológicos que ponemos en marcha para lidiar con la realidad y proteger nuestro “yo”, a ese momento en el que nos percatamos que la realidad puede ser difícil pero que nuestra actitud y perspectiva son dos variables esenciales en esa ecuación. 

Por eso, la madurez psicológica pasa inevitablemente por el autoconocimiento, implica conocer las zancadillas mentales que nos ponemos para no avanzar, los mecanismos que usamos para evadirnos de la realidad y las creencias erróneas que nos mantienen atados. 

Ese conocimiento es básico para lidiar con los problemas y obstáculos que nos pone la vida. Por desgracia, hay personas que, como el hombre de la historia, nunca llegan a alcanzar ese nivel de autoconocimiento y terminan creando más confusión y problemas, alimentando la infelicidad y el caos interior. 

Alcanzar la madurez psicológica no implica aceptar pasivamente la realidad asumiendo una postura resignada sino ser capaces de mirar con otros ojos lo que sucede, aprovechando ese golpe para consolidar nuestra resiliencia, conocernos mejor e incluso crecer. 

William Arthur Ward dijo: “Cometer errores es humano y tropezar es común; la verdadera madurez es ser capaz de reírse de sí mismo”. Ser capaz de reírnos de nuestros antiguos temores porque ahora nos parecen grotescos, de nuestras preocupaciones magnificadas y de esos obstáculos “insalvables” que en realidad no eran, es una enorme muestra de crecimiento. Reirnos de nuestras viejas actitudes y creencias no solo significa que forman parte del pasado, sino que han dejado de tener cualquier influjo emocional sobre nosotros. 

La verdadera madurez psicológica llega cuando practicamos la aceptación radical, cuando miramos a los ojos la realidad y, en vez de venirnos abajo, nos preguntamos: “¿Cuál es el próximo paso?”. Eso significa que, aunque la realidad puede ser dolorosa, no nos quedamos atrapados en el papel de víctimas sufriendo inútilmente sino que protegemos nuestro equilibrio emocional adoptando una actitud proactiva.
Fuente: rinconpsicologia.com

domingo, junio 26, 2016

COMO SABER SI ES INMADURO O INMADURA

Como los niños, hacen pataletas o rabietas cuando los demás no hacen lo que quiere. Se le dificulta aceptar la realidad y adaptarse a las circunstancias cuando las cosas no resultan como desearía.
Se deja llevar por la impulsividad, ya sea que reacciona agresivamente, con mal humor, o que llora demasiado y dramatiza. Cree que puede reaccionar como quiera, donde quiera, con quien quiera. Bajo control de sus propias emociones.
Ya sea hacia sí mismo o hacia los demás. Difícilmente tiene límites o umbrales y simplemente se deja llevar por sus emociones y lo que siente, sin recapacitar, meditar ni querer mejorar.
Cree que todo lo que siente es real, así no lo sea, pero cree que sus emociones mandan sobre la mente, el autocontrol y la toma de conciencia. Justifica sus conductas debido a sus emociones. Carece de Inteligencia Emocional.
Difícilmente reflexiona, recapacita, medita antes de reaccionar impulsivamente y como sea. Necesita informarse sobre técnicas y herramientas psicológicas para superarse, crecer, madurar, y ponerlas en práctica. 
Cree que todo será igual por siempre, que nada debería cambiar y cuando ello sucede, se altera y reacciona neuróticamente. Quiere quedarse en un estado infantil y no crecer, mejorar, evolucionar.
Las cosas tienen que hacerse según su capricho o antojo, sino reacciona negativamente con los demás hasta lograr su propósito. No le importa pelearse.
Frases clásicas que identifican a una persona con inmadurez:
"Voy a hacer lo que me dé la gana"
"No me importa las consecuencias"
"Yo soy el único que importa"
"¡Cállate!"
"No quiero oírte"
"Siempre, nunca, todo, nada"
Conductas de inmadurez:
Tirar cosas
Estar quejándose como niños con rabieta
No pedir permiso ni disculpas
No saludar
No agradecer