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viernes, febrero 25, 2022

PARA PERSONAS DEBILES Y SENSIBLES EN EXTREMO: TIP 32


1. Evitar hacer drama: la victimización y el catastrofismo. Evitar refugiarse en cosas para superar dificultades: cigarrillos, alcohol, peluches, casino, comida, etc. Evitar quedarse en deseos e intenciones y, más bien poner manos a la obra, llevar a cabo lo ideado.

2. . Evitar querer tener el control de todo; al final descubrirás que resulta imposible, es irreal, y menos controlar a otras personas o seres humanos. Lo que uno sí puede controlar es sus propios pensamientos, conductas, emociones, palabras, etc. Dejar fluir.

3. Todo cambia. Nada permanece exactamente igual por siempre, Si eres consciente de eso, evitarás frustrarte y decepcionarte en exceso.

4. Los resultados suelen ser un proceso de varios factores que se complementan y se llevan a cabo. Querer resolverlo todo de una sola vez se puede complicar. Se requiere paciencia y poder postergar las satisfacciones; no querer todo de inmediato. Tolerancia a la frustración.

5. Quedarse en la queja no soluciona nada. Es necesario tomar acciones. Equivocándose aprendemos, maduramos y nos hacemos más sabios. Si piensas que tu pareja nunca se va a equivocar y que tu relación va a ser perfecta, te llevarás grandes sorpresas en tu vida. De todo, rescata el aprendizaje, la enseñanza, la lección que deja. Todo sirve de algo. Hasta de lo negativo podemos aprender lo que no queremos y valorar lo que sí podemos. 

www.HipnosisLimaPeru.com

jueves, febrero 18, 2021

4167: ¿QUÉ PASA CUANDO SENTIMOS RENCOR?

 


¿Sabes qué es lo peor del rencor? Que la mayoría de las veces el otro ni se entera.

En algún momento todos hemos experimentado los altibajos de la vida cuando llegamos a ser maltratados por otros o cuando perdemos algo que creemos que merecemos.

En los últimos años, los investigadores han demostrado que sentir rencor, particularmente durante un período prolongado, puede tener un efecto colateral para nuestra salud. 

Cuando no llegamos a perdonar, cuando somos hostiles y cuando nos enojamos, liberamos todos los neuroquímicos de la ansiedad y el estrés. 

El cortisol, la adrenalina y la norepinefrina se encargan de estar en todo el cuerpo. 

Nuestra presión arterial y nuestra frecuencia cardíaca aumentan dramáticamente, y con ello el riesgo de sufrir enfermedades coronarias. 

El cerebro entra en un estado en el que se le conoce como "la zona de no-pensamiento", donde nuestras facultades mentales se ven seriamente limitadas: no podemos pensar con claridad, y encontrar soluciones a nuestros problemas cotidianos se vuelve inasequible. 

Entonces, la pregunta es ¿realmente vale la pena guardar rencor? 

domingo, octubre 22, 2017

LAS HERIDAS EN LA FAMILIA

Las heridas en el círculo familiar son las que tardan más tiempo en curarse

No podemos permitir que un pasado familiar disfuncional y traumático afecte a nuestro presente y nuestro futuro. Debemos ser capaces de superarlo y sanarnos para ser felices

Las heridas generadas en el círculo familiar ocasionan traumas, carencias profundas y vacíos que no siempre logramos reparar.

El impacto por el padre ausente, por la madre tóxica, el lenguaje agresivo, los gritos o esa crianza falta de seguridad y afecto traen algo más que la clásica falta de autoestima o esos miedos que tanto nos cuesta superar.

Muchas veces, la dificultad para resolver muchos de esos impactos íntimos y privados se halla en un cerebro tempranamente herido.

No podemos olvidar que el estrés experimentado a lo largo del tiempo y a edades tempranas provoca que la arquitectura de nuestro cerebro cambie, que estructuras asociadas a las emociones se vean alteradas.

Todo ello trae como consecuencia una mayor vulnerabilidad, una indefensión más profunda que conlleva un riesgo mayor a la hora de sufrir determinados trastornos emocionales.

La familia es nuestro primer contacto con el mundo social, y si ese contexto no nutre nuestras necesidades esenciales, el impacto puede ser constante a lo largo de nuestro ciclo vital.

Veamos a continuación con detalle por qué es tan difícil superar todas esas heridas sufridas en la época más temprana de nuestra vida.

La cultura nos dice que la familia es un pilar incondicional (aunque, a veces, se equivoca)

El último escenario donde uno piensa que va a ser herido, traicionado, decepcionado o incluso abandonado es, sin duda, en el seno de nuestra familia.

Sin embargo, ocurre con más frecuencia de la que pensamos.

Esas figuras de referencia que tienen como obligación darnos lo mejor, ofrecernos confianza, aliento, positividad, amor y seguridad, a veces nos fallan voluntaria o involuntariamente.

Para un niño, un adolescente o incluso para un adulto, experimentar esa traición o esa decepción en el seno familiar supone desarrollar un trauma para el cual nunca se está preparado.

La traición o la carencia generada en el seno de una familia es más dolorosa que la simple traición de un amigo o un compañero de trabajo. Es un atentado contra nuestra propia identidad y nuestras raíces.

La herida en una familia se hereda entre generaciones

Una familia es algo más que una árbol genealógico, que un mismo código genético, que unos mismos apellidos.

Las familias comparten historias y legados emocionales. Muchas veces, esos pasados traumáticos se heredan de generación en generación de muy diversas formas.

Desde la epigenética nos recuerdan, por ejemplo, que todo lo que acontece en nuestro ambiente más cercano deja su impacto en nuestros genes.

De ahí, que factores como el miedo, el estrés intenso o los traumas se hereden muchas veces de padres a hijos.

Ello hace que, en ocasiones, seamos más o menos tendentes a sufrir depresiones o que reaccionemos con mejores o peores herramientas ante situaciones adversas.

Aunque establezcamos distancia de nuestro círculo familiar, las heridas siguen presentes

En un momento dado, lo hacemos; decimos basta y nos atrevemos a cortar con ese vínculo dañino para establecer una necesaria distancia de esa familia disfuncional y traumática.

Ahora bien, el simple hecho de decidirnos a decir adiós a quien nos hizo daño no trae por sí mismo la sanación a la herida. Es un principio, pero no la solución definitiva.

No es nada fácil dejar atrás una historia y unas dinámicas, unos recuerdos y unos vacíos.

Muchas de esas dimensiones quedan ancladas a nuestra personalidad e incluso en el modo de relacionarnos con los demás.

Las personas con un pasado traumático suelen ser más desconfiadas, les cuesta mucho asentar relaciones sólidas.

Quien ha sido herido necesita, además, sentirse reafirmado; ansía que los demás llenen esas carencias, de ahí que muchas veces se sientan frustrados porque pocas personas llegan a ofrecerles todo lo que necesitan.

Lo recomendable en estos casos es sanarnos primero como persona antes de buscar en los demás lo que necesitamos.

Podemos llegar a cuestionarnos a nosotros mismos

Esto es quizá lo más complejo y lo más triste.

La persona que ha pasado gran parte de su ciclo vital más temprano en un hogar disfuncional o en el seno de una familia con estilo de crianza negativo, puede llegar a verse a sí mismo como alguien que no merece ser amado.

La educación recibida y el estilo de paternidad o de maternidad en el que hemos sido criados erige las raíces de nuestra personalidad y nuestra autoestima.

El impacto negativo de estas huellas es muy intenso; de ahí que muchas veces uno mismo tenga dudas sobre la propia eficacia, su valía como persona o incluso si es digno o no de cumplir sus sueños.

Nuestro círculo familiar puede darnos alas o puede arrancárnoslas. Es algo triste y devastador.

Sin embargo, hay algo que nunca podemos olvidar: nadie puede elegir quiénes van a ser sus padres, quienes sus familiares, pero siempre llegará un momento en que tengamos ya la capacidad y la obligación de elegir cómo va a ser nuestra vida.

Elegir ser fuertes, ser felices, libres y maduros emocionalmente es algo esencial, de ahí la necesidad de superar y sanar nuestro pasado.
Fuente: mejorconsalud

viernes, febrero 26, 2010

RESENTIMIENTOS

COMO SER TOLERANTE Y PERDONAR A TU PAREJA

Dios no es perverso, no exige cosas imposibles. Sin embargo, todavía tenemos dificultades en dejar de lado los resentimientos.

Así como es difícil dejarlo ir, y como es tan paradójicamente placentero cultivar un resentimiento, así mismo sabemos que el rencor nubla nuestra vida, disminuye nuestra alegría e inhibe nuestras relaciones.

Tener resentimientos daña nuestras relaciones más importantes – con nuestras parejas, amigos, colegas, y endurece nuestras almas.

Dejándolo ir, nos liberamos. Podemos exhalar y respirar otra vez. Nos abre a experiencias más intensas y a relaciones más profundas.

Tolerar ciertos rasgos y comportamientos, es el secreto de un matrimonio exitoso. Todos (incluso nosotros) tenemos rasgos molestos y comportamientos irritantes. Nuestras parejas también los tienen. Cada uno de nosotros ha dicho o hecho cosas hirientes (nuestras parejas también) Pero, tenemos que ser capaces de dejarlo ir.

Algunos temas necesitan ser discutidos. Pero la mayoría del tiempo debemos dejarlo ir.
Es verdad, no siempre. Algunos temas necesitan ser discutidos. Algunos necesitan ser resueltos. Pero la mayoría del tiempo tenemos que dejarlo ir. Especialmente si ha habido una disculpa de por medio. No debemos tener una lista de temas pasados, ni siquiera una lista mental, que tiramos sobre la mesa ante cada situación frustrante.

Por ejemplo, incluso aunque mi esposo no recuerde la primera vez que me vio… aún cuando había solamente otras tres personas en la habitación… incluso si estuvimos allí por horas… Voy a dejarlo ir y no voy a mencionarlo otra vez.

Lo peor que uno puede decir en una discusión es “tu siempre…” Sólo enfréntate con la situación actual. Y luego olvídate de ella. La vida es extremadamente corta para guardar resentimientos corrosivos. Y el matrimonio es demasiado precioso.

Como todos sabemos, nosotros somos las mayores victimas de nuestros resentimientos. Ellos endurecen nuestros corazones y limitan nuestra habilidad de sentir placer.

Tenemos que ser capaces de atravesar los problemas. Frecuentemente nuestra monótona insistencia es peor que la transgresión inicial. La mayoría de las discusiones no valen la pena.

¿Pero cómo lo hacemos? ¿Cómo lo dejamos ir?

1. Siempre sé el primero en disculparse. No des vueltas sobre lo mismo, no te quedes con resentimiento, no seas un mártir, y no te preocupes por quien tiene la razón. Solo di “lo siento”.

2. “No sudes por las pequeñas cosas”. La mayoría de las cosas ni siquiera son importantes, deja que la pelea termine sola. Enfócate en el cuadro general, en la meta final. Habrá algunos temas que requerirán otra “conversación” posterior, pero elige tus batallas cuidadosamente.

3. Haz un balance. Todos los actos de bondad y cuidado de tu pareja durante los últimos 30 años no desaparecen por uno (o dos) actos desconsiderados. En comparación, esos baches, no tienen valor para ser tomados en cuenta.

4. Acepta las limitaciones de tu pareja (o amigos – la mayoría de estos consejos se aplican también a los amigos). Así como tú esperas que el otro acepte las tuyas. Frecuentemente pasamos mucho tiempo enfocándonos en las faltas de los demás y no suficiente tiempo en nuestras propias deficiencias.

5. Sé introspectivo y juzga favorablemente. Muchos de nuestros resentimientos son producto de nuestra hipersensibilidad. Tu pareja no te está ignorando, sólo está pensando en sus propias preocupaciones.

6. No lo tomes como algo personal. El comportamiento de la mayoría de las personas es un reflejo de quienes son ellos realmente. Si tu sientes que alguien es frío, eso probablemente es por que ellos ven a todo el mundo de esa manera. No es algo personal, entonces déjalo ir.

Cargar con resentimientos destruye todas las relaciones y finalmente destruye al portador de los mismos. Es por nuestro propio bien. Roguemos para que Dios nos de la fuerza necesaria y la perspectiva para lograrlo.

http://www.psicologosperu.com/

viernes, enero 09, 2009

COMO TERMINAR UNA RELACION

Poner fin a una relación puede resultar un mal necesario en su vida amorosa, pero existen formas más fáciles de llevar a cabo todo el proceso.

www.hipnosislimaperu.com

El primer paso consiste en ajustar su forma de pensar y tomar conciencia de la situación:

· Usted no va a arruinar la vida de nadie; con el tiempo esto también pasará.
· Si usted no termina en forma rápida y sincera, resultará injusto para usted y para la otra persona.
· Si usted está considerando terminar con alguien, probablemente sea tiempo de hacerlo. ¿Le gustaría estar con alguien que estuviese con dudas con respecto a la relación mientras usted estuviese locamente enamorado/a de ella?
· No va a ser agradable y no hay nada que nadie pueda hacer al respecto.

¿Cuál es la mejor forma de terminar una relación? Probablemente no exista. Pero existen varias tácticas que pueden ayudar a hacerlo más fácil para ambas partes (aun cuando ambas partes quizás no lo reconozcan en el momento). A continuación se señalan algunas tácticas que puede emplear para terminar “bien”:

1. HAGALO RAPIDOCuanto más se demore en llegar al punto (ya sea días u horas), menos le tomarán seriamente. Y si usted lo hace parecer como si estuviese pasando por un momento difícil al romper la relación, la otra persona pensará que puede hacer cambiar sus sentimientos o no despegarse de su vida.

2. SEA SINCERONo intente endulzar la situación. Si usted está saliendo con otra persona, dígale que está saliendo con alguien. Una paciente rompió con su enamorado porque ella besó a otro en un viaje de negocios. Ella se lo comentó a su enamorado – y eso hizo que la ruptura sea más concreta. Evite clichés o frases trilladas como " te quiero, pero no con la misma intensidad". La otra pareja no lo entenderá así. Si sus sentimientos han cambiado, simplemente dígaselo. La otra persona no podrá debatir eso. Evite excusas como: "no puedo tener una relación sentimental por el momento". Claro que puede. Si usted estuviese realmente enamorado/a, estaría en una relación sentimental con esa persona.
La sinceridad le protegerá en el largo plazo, puesto que la verdad saldrá a la larga.

3. NO SIENTA PENA POR EL/ELLALa otra persona le rogará, llorará o le culpará. Usted manténgase firme, trate de resguardarse contra cualquier sentimiento de culpa. Eso solo hará que su avance sea más lento y no le permitirá lograr su objetivo. Y nunca se retracte ni cancele un rompimiento solo porque siente pena por él/ella. ¿Realmente quiere estar con alguien por quien siente pena?

4. ESTABLEZCA ACUERDOS PARA DESPUES DE LA RUPTURAComuníquele lo que decidirán: usted no responderá sus llamadas ni e-mails. Si la otra persona se aparece de repente en su apartamento, no se podrá quedar a pasar la noche. A la larga, si esa persona tiene personalidad e independencia, dejará de molestarle, pero solo si usted cumple con las reglas estrictamente. Si se establecen estas normas en el momento del rompimiento, la otra persona no podrá decir: "¿por qué no contestas mis llamadas?" No le diga lo que le está permitido; puede llamarle las veces que desee, pero si usted ha manifestado que no responderá sus llamadas entonces estará en todo su derecho al no responderlas.

5. MANTENGASE FIRME EN SU DECISIONCuanto usted más se retracte, la otra persona tomará menos seriamente sus intentos de terminar la relación.

6. SITIO NEUTRAL
Nunca termine una relación estando en la casa de usted. Usted no podrá salir cuando lo considere conveniente. Los lugares neutrales son los puntos más fáciles para poder escapar rápido. Cuanto más tiempo hayan permanecido juntos, hay más probabilidades de que tenga que hacerlo en persona.

Las rupturas requieren fortaleza. En mi experiencia, me he percatado de que las personas que no pueden terminar con alguien que ya no aman son débiles de alguna manera. Haga lo que tenga que hacer, y que la situación o la otra persona no le hagan vacilar.